lunes, 2 de febrero de 2009

Historia de la Banda de Música. La etapa del Maestro Emilio Cebrián


Publicada en La Voz del Tajo por Jose Mª Gómez Gómez


Fue, sin duda, el maestro Emilio Cebrián Ruiz, el gran impulsor y engrandecedor de la Banda de Música de Talavera. Había nacido en Toledo el día 30 de julio del año 1900, en el seno de una fa milia de escasos recursos económicos (su padre se dedicaba a la hojalatería). Pero por sus buenas dotes y aplicación, desde muy niño Emilio Cebrián asiste con otros de su edad a una escuela de música a cargo de D. José Blanco, director de la Banda de Música de Torrijos. Debido a sus progresos, ingresa muy pronto como "educando" en la Banda de Música de la Academia de Infantería de Toledo y tras un breve periodo de adaptación obtiene la plaza fija como "músico de segunda" en la categoría militar del instrumento llamado "requinto", especie de clarinete.


Dadas sus excelentes aptitudes y constancia en el estudio, sus padres le aconsejan que curse estudios superiores de aparejador o arquitecto o alguna ingeniería, pero Emilio Cebrián se siente nacido para la música, ella es su vocación y a ella se entrega en cuerpo y alma. Así, con el apoyo del maestro de capilla de la Catedral Primada de Toledo, D. Francisco Saizar Victoria, lleva adelante estudios de piano y armonía en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, obteniendo excelentes calificaciones.


Aún es muy joven cuando es contratado como clariente en la orquesta del Teatro Municipal de Rojas, en Toledo. Durante mucho tiempo se recordó en Toledo una anécdota que protagonizó el maestro Cebrián siendo músico de la orquesta del Rojas. Iba a ser representada en este teatro "La leyenda del monje", pieza del género chico de Ruperto Chapí, de complicado montaje. Sucedió que el maestro concertador, D. Antonio Medina, cayó enfermo a la crítica hora. No había más remedio que suspender la representación, cuando Emilio Cebrián se hizo cargo de la dirección y montaje, y lo hizo con tal decisión y maestría que la actuación resultó un éxito extraordinario. Poco después era nombrado Director-Concertador de la orquesta del teatro toledano.


A comienzo de los años veinte, Emilio Cebrián entra en contacto con la presetigiosa Banda del Real Cuerpo de Alabarderos, de Madrid, deseoso de aprender más y más, en este caso de su famoso director D. Emilio Vega. Es éste quien, al ver las cualidades del joven Cebrián, le insta a perfeccionarse como intérprete y a iniciarse en la composición y creación musical de obras para banda. Puesto manos a la obra, crea por entonces el boceto sinfónico "En el zoco toledano" ("arabescas"), obra que fue dada a conocer por el célebre maestro Jacinto Guerrero (músico toledano de Ajofrín, autor de celebérrimas zarzuelas) en una de sus giras artísticas por Toledo. También por entonces compone "Evocación", marcha de entrañable acento español, que también alcanzó gran éxito, y ha figurado y sigue figurando entre los repertorios de las bandas nacionales.


En 1925-26 llega para Emilio Cebrián el momento histórico culminante de su carrera musical. Es nombrado director de la Banda Municipal de Música de Talavera de la Reina. A instancias del alcalde Justiniano López-Brea y del músico talaverano Eusebio Rubalcaba, se hizo pública convatoria para el cargo. Lo ganó Emilio Cebrián y ello es lo mejor que por entonces le pudo pasar a la Banda de Talavera, que seguía arrastrando una crisis tan aguda que amenazaba con desaparecer. El nuevo director se puso manos a la obra, reconstruyó de arriba abajo la Banda, seleccionó y motivó la ilusión de los músicos y educó la sensibilidad y el gusto de los talaveranos. La Banda de Música empezó a ser querida y respetada en Talavera. Uno de sus discípulos, Eladio Martínez Montoya (talaverano ilustre por tantas otras razones, que fue miembro de aquella Banda del Maestro Cebrián), lo recordaba muchos años después en páginas de "La Voz del Tajo":




  • "Llegó a Talavera con un bagaje de ilusiones. Era su primera banda como director y venía a ella cuajado de proyectos, pero la desilusión tuvo que ser terrible porque la banda estaba virtualmente desecha… Aunque contaba con muy pocos músicos y un instrumental precario, Emilio Cebrián no se amilanó, era un hombre extraordinario, amigo de todos, sin importarle categorías ni condicionamiento social. A todo el mundo hacía partícipe de sus proyectos y comentó que esperaba de aquella banda, lo que él deseaba ardientemente para Talavera, a la que quiso apasionadamente, por lo que contra viento y marea hace una reparación a fondo y prepara su primer concierto o presentación…"
    Uno de sus más directos colaboradores, en aquellos años de Talavera, fue León María Ayuso, que sería durante muchos años director de la Banda de Música de Guadamur. Cuando se le preguntaba sobre la importancia de Emilio Cebrián para la educación musical en Talavera, siempre recordaba con cariño no sólo la acción que realizó con la Banda de Música sino la creación de una interesante Masa Coral, y exclamaba: "organizó sin temor una formidable masa coral encargándose él mismo de barítonos y bajos, mientras que a mí me encomendaba tiples y tenores, era un excelente conocedor de las llamadas orquestas de viento y aún de las voces, además de inspiradísimo compositor, como lo prueban las estupendas obras que compuso en su corta existencia, destacándose en ellas una bellísima melodía y una perfecta orquestación".


El momento culminante de los siete años que el maestro Emilio Cebrián estuvo al frente de la Banda de Música de Talavera llegó con la participación de dicha banda en el Concurso Regional de Bandas de Música que, con motivo de las fiestas patronales, organizó el Ayuntamiento de Toledo. La obra obligada para todas las bandas participantes era "El huésped del sevillano", ya muy famosa composición del toledano maestro Guerrero. Eladio Martínez recuerda la tensión y el nivel de los ensayos:





  • "Estamos en pleno verano y los diarios ensayos se realizan en el patio de San Jerónimo, entre la Colegial y San Prudencio. El trabajo es minucioso: pasaje por pasaje, músico por músico han de ir demostrando su dominio en las obras. Especialmente los solistas son sometidos a un continuo trabajo…".


Para mayor seguridad, antes de presentarse al concurso de Toledo, el maestro Cebrián decide hacer un ensayo general en Talavera: la asistencia fue impresionante y los talaveranos vibraron por primera vez con su Banda de Música. No se podía hacer mejor, así sucedió el día del concurso en Toledo.


La presentación en Toledo fue emotiva y apoteósica. Veamos como lo describe Manuela Herrejón en su breve monografía sobre "El Maestro Emilio Cebrián" (Toledo, 1983):





  • "El día del desfile de las bandas participantes, la plaza de Zocodover es una auténtica fiesta, según las crónicas, y la Banda de Música de Talavera causa sensación. Su presentación es impecable: uniformes nuevos, nueva instrumentación. En el Museo toledano de Santa Cruz vuelven los músicos a ensayar. Cebrián ha elegido la Fantasía de "La Verbena de la Paloma", que suena en el ensayo final con ese aire jocoso y juncal que posee la música de Bretón… La Banda de Música de Talavera, bajo la dirección de Emilio Cebrián Ruiz ¡gana el primer premio! El mayor galardón hasta entonces logrado por dicha Banda".

Fue el 16 de agosto de 1931.


El éxito no sólo fue para la Banda de Talavera sino para el propio Maestro Cebrián. Le llovieron contratos y solicitudes. Las ediotras musicales le reclaman obras suyas para editarlas. La reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, se interesa por sus composiciones. Por otra parte, su carácter jovial y generoso le hace ser querido por todos, en Talavera y fuera de la ciudad.


Uno de sus éxitos más resonantes en Talavera lo consiguió en 1931 (17 de noviembre), dirigiendo la orquesta en la tercera representación de la gran revista "The dance in Florida. Así se baila en mi pueblo", obra de ls músicos talaveranos Salvador Ruiz de Luna y Eusebio Rubalcaba sobre libreto y letras de canciones del también talaverano Carlos Ballester, que había sido estrenada con dos actuaciones en el mes de septiembre de ese año. Los autores, que habían dirigido la obra en el estreno, cedieron la batuta al Maestro Cebrián en la tercera representación "y estuvo impecable" (rezan las crónicas). Era un verdadero ídolo en Talavera.


Pero llegó el momento de la despedida. En 1933, estando vacante el puesto de director en la Banda Municipal de Jaén, Emilio Cebrián acudió a la convcatoria y ganó. Para despedirse de Talavera compuso un admirable himno, "Gratitud", como más tarde hará con el "Himno a Toledo" y otros a Jaén y Granada. El maestro Cebrián se llevó a Talavera en su corazón y los talaveranos no le olvidarán jamás.


En Jaén siguió cosechando éxitos y reconocimientos. Se fue afianzando como compositor de gran sensibilidad y sabiduría musical. Trabajó como habilísimo transcriptor de música de óperas, zarzuelas, piezas para bandas… Y en 1943, en la plenitud de su vida y de su arte, murió en un desgraciado y fatal accidente en Liria (Valencia), adonde había acudido con intención de dirigir un concierto en unión con su hermano Francisco, al que nunca había visto actuar profesionalmente… Desgraciadamente, antes de empezar el concierto, al asomarse Emilio Cebrián por un balcón sin balaustrada ni reja, se precipitó al vacío y murió de resultas de la caída.


Imposible es en el estrecho margen de estas páginas referirnos con la extensión que merecen cada una de sus obras. En el tiempo han quedado algunas de sus partituras musicales como las más hermosas que se han escrito para bandas de música: "La Macarena", "Acuarelas campesinas", "Canto a Jaén", "Ragón Falez", "Churumbelerías" y otras muchas. Precisamente esta marcha pasodoble es una de las preferidas por todas las Bandas de Música de España. A la reina Victoria Eugenia le encantaba. Y en ocasión de un viaje a Inglaterra, en compañía de su esposo el rey Alfonso XIII, al ser recibida en Londres, una banda interpretó "Churumbelerías" y fue visible la emoción de la reina.


Talavera y Toledo no han olvidado al Maestro Cebrián. En 1983, al cumplirse el 40 Aniversario de su muerte, la Banda Municipal de Talavera de la Reina, dirigida por el Maestro Iglesias España y Francisco, hermano del Maestro Cebrián, ofreció un memorable Concierto, todo él con obras del incomparable director. Antes de morir fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Y posteriormente su ciudad natal, Toledo, le dedicó una hermosa calle. Talavera, como suele ser habitual aún no ha pagado la deuda que hace tantos años contrajo con él. Sirvan estas líneas para recordarle con emoción al cumplirse el 60 aniversario de su muerte.

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